martes, 17 de julio de 2012

Midnight City


Hecha por mi

La oscuridad del bosque se empezaba a ceñir sobre las desenfrenadas pisadas que daba, quería huir de aquello que me atrapaba. Mis pulmones soltaban mi vaho cada vez más lento y mis piernas flaqueaban, a la distancia observe un buen lugar de cobijo. Tras un último aliento llegue a ese entramado árbol de cálida madera. Mi mirada se aclaraba con la llegada de la noche. Nunca me pregunte por qué nací así, a veces ser especial no es nada malo, pero debía de huir de aquello que ahora me buscaba en mi lúgubre habitación de laboratorio. Mis pasos llegaron tan lejos como pudo marcar el destino, uno de mis largos días en los que vagabundeaba me encontraba en un prado, donde mis dedos podían rozar la libertad y el viento darme una historia que contar. Me aloje varios días en un granero apartado jugando con mis poderes y descargando mi furia contra la vida en sus extraños objetos que aguardaban a que alguien los buscará. Mis noches pasaron volando porque el brillar de mi mirada quería llevarme adonde no se apagará nunca. Al llegar a la ciudad fui adonde mis ojos no pudieran alcanzar, al edificio más alto de la jungla de metal, la ciudad. Cuando conseguí llegar a lo más alto me esperaba un cálido atardecer que acallaba todos los silencios de la ciudad. Al segundo mis ojos se juntaron a la caída del sol y brillaron al compás de la salida de la luna. 

domingo, 15 de julio de 2012

Summer Party

Hecha por mi

El sol caía en aquella playa apartada del mundo, donde solo se oía el retumbar de los altavoces y las olas que morían en la orilla. Solo quedaba mi sonrisa y mis interminables recuerdos sobre todas aquellas horas bailando con mis amigos. Ahora estaba acostada en la templada arena, cerca de la orilla, donde veía como el sol caí dando fin a la fiesta. Con tanta locura apenas me dí cuenta de que mi cuerpo había quedado expuesto a la fría brisa marina, solo me quedaba mi enmarañado short y la parte de arriba de mi biquini. Absorta del mundo no me esperaba aquel momento, cada vez estiraba más los brazos y los dedos para alcanzar los últimos rayos de sol, pero de repente alguien me agarro la mano. Mi cara quedo iluminada por su sonrisa, era ese chico de pelo negro y grandes ojos que me saco a bailar, su sonrisa era torcida pero con aire ensoñador. En un abrir y cerrar de ojos se encontraba a mi lado acariciándome el pelo, quizás todo sea demasiado bonito para ser verdad, pero vive y aprovecha el momento. Tras mi sonrisa y la suya, llego ese esperado momento en que ambas sonrisas se juntaron formando algo especial, un beso.