martes, 29 de noviembre de 2011

The cove


Pienso que nunca se debería jugar con una sonrisa inocente. Sabéis en la faz de la tierra hay un animal que corre libre por las aguas, las surca veloz como un rayo de sol al iluminar un rincón, rompe la calma de las olas con sus delicados sonidos y salta hasta tocar las nubes. Siempre me han parecido de las cosas mas hermosas de la tierra, quisiera tener su libertad, quisiera tener su confianza y quisiera poder salvarlos. Pensaba que el hombre maltrataba demasiado a la madre tierra pero esto ha sido la gota que colmo mi vaso para que yo derrochara lágrimas de impotencia, porque nada hermoso merece su final. Ya nada era como antes, cuando iba al zoo corría al delfinario lo más rápido que podía para verlos a ellos pero... Ahora se la verdad, se de donde vienen, se que les hacen, se que no son felices y su tristeza invade mi corazón. Para mi un delfinario es un criadero de tristeza y de libertades soñadas, cada vez que voy a uno salgo lo más antes posible o solo voy a verlos al final de la actuación y cuidadosamente pego la cabeza al cristal. Mágicamente una vez uno de ellos se me apareció delante, pose la mano en el cristal y entre susurros dije te salvaré como pueda, haré saber tu historia y tranquilo, alguien vela por ti. 


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